Poco a poco, la flor que crece en ti se marchita, te transformas un robot, no necesitas comer, ni dormir... Estás vacío por dentro.
Lo único que encuentras en tí que te recuerda a una persona, son las lágrimas que quedan en tí, y los recuerdos que golpean tu frío cuerpo.
Publicado en el blog
"Suicidio: tu eliges el dia de tu muerte".
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