Es domingo de Pascua, y al terminar la búsqueda dehuevos, el hijo del granjero está aburrido, así que decide divertirse a costa del gallo. Corre hacia el gallinero y reemplaza los huevos de las gallinas por las versiones decoradas que había encontrado. Luego se sienta y se dispone a ver el lío. Unos minutos después, el gallo regresa al corral, ve los huevos de colores y grita:
-¡Me las vas a pagar, pavo real!
1 comentario:
jajajaja, muy bueno! Te quiero, Damus.
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